¿Cómo dejar de pensar demasiado? Los 5 consejos infalibles para calmar tu mente

¿Por qué me pongo a pensar en los demás? ¿Qué puedo hacer cuando pienso demasiado? Aprende sobre las claves para saber cómo dejar de pensar en algo que te agobia porque le das mil vueltas y eliminar el hábito de pensar demasiado en tus problemas.

¿Pensar tanto me agobia?

Hay mucha gente que tiene tendencia a pensar demasiado. De hecho, normalmente aquellos que tienden a sobrepensar las cosas, suelen cuestionar cada decisión que toman e imaginar situaciones diferentes que podrían haber pasado en cada instante.

Dejar de pensar demasiado es difícil ya que implica un cambio de hábito, pero existe una correlación entre pensar en exceso y los problemas de salud mental, como pueden ser la depresión o la ansiedad (los más comunes).

En muchos casos los individuos no suelen reconocer que tienen estos problemas para pensar. Esto ocurre ya que nuestro cerebro, más bien lo que denominamos mente, trata de convencernos de que preocuparse o no dejar de pensar en un aspecto puede ser útil de algún modo.

Pensar mucho y que te sientas mal suele estar relacionado o con algo del pasado o con preocupaciones alrededor de nuestro futuro. Nunca se centra en el momento presente. En estos casos, solemos pensar en los demás, en cómo tendríamos que hacer las cosas o la razón detrás de algunas de nuestras decisiones pasadas. Así, no nos centramos en la resolución de los problemas, simplemente empezamos a meternos profundamente en una serie de pensamientos que no van a ninguna parte.

Además, pensar demasiado es diferente a la autorreflexión. Reflexionar sobre diversos aspectos de cómo somos o cómo es la vida es útil porque intentamos aprender algo sobre ello. Es decir, a diferencia de los problemas de pensar demasiado, esto si tiene un propósito detrás.

¿Cómo saber si estoy pensando demasiado?

El primer paso para controlar los pensamientos inútiles o dañinos de nuestra mente es darnos cuenta de aquellas señales que indican que estamos pensando demasiado y nos está haciendo sentir mal.

A menudo, la gente que tiene la mente pensando constantemente en sus problemas suele creer que tener esta costumbre es útil. Pero la realidad es que las investigaciones señalan que pensar mucho en alguien o en un problema concreto es malo para la salud mental y no hace nada para prevenir o resolver aquello que tanto te preocupa. Por ello, es interesante tener en cuenta las señales de quequizás tienes el problema de pensar demasiado y darle mil vueltas a tus problemas:

  1. Revivir momentos desagradables: Las personas que tienen tendencia en pensar mucho suelen tener la costumbre de revivir aquellos momentos en los que lo han pasado mal.

  2. Tener problemas para dormir: Una persona que piensa mucho las cosas suele sufrir de insomnio debido a la ansiedad o a los pensamientos de preocupación.

  3. Intentar ver el ‘significado oculto’ de lo que acontece: Estos problemas para pensar suelen surgir debido a que las personas intentan predecir la conducta de los demás para ver cosas que quizá abalan sus teorías. Esto es un tipo de distorsión cognitiva.

  4. Revivir fallos: Las personas que suelen pensar en los demás o en sus problemas de manera excesiva acaban repitiendo aquellas conversaciones que tuvieron con la gente o lo que podrían haber hecho mejor.

  5. No estás focalizado en soluciones: La ansiedad en nuestros pensamientos suele estar centrada en insistir una y otra vez en un mismo problema, en vez de estar centrada en buscarle una solución.

  6. Tienes pensamientos repetitivos: ¿Te suena familiar la expresión ‘me va a explotar la cabeza’?. Esto sucede ya que los que tienen estos problemas para pensar suelen repetir estos pensamientos una y otra vez.

  7. Te es difícil tomar decisiones: Cuando una persona tiene esta tendencia en pensar demasiado suele convencerse de que analizar más una situación desde diversos ángulos puede ayudarle a decidirse mejor. Las investigaciones al respecto suelen apuntar precisamente a lo contrario. Sobrepensar las cosas suele dificultar más la toma de decisiones.

¿Cómo dejar de pensar tanto las cosas?

Hay una serie de estrategias que te permiten dejar de pensar en ciertos problemas, ideas, o personas. Entre ellas, te ofrezco los siguientes cinco consejos para saber cómo relajar la mente y no pensar en nada o pensar de manera más sana:

  • Sal de tu cabeza: A veces no nos damos cuenta de que estamos demasiado metidos en nuestros pensamientos. Por esto, para saber cómo controlar los pensamientos que nos tienen absortos es importante que intentemos ‘salir’ de nuestra cabeza. Con esta finalidad podemos recurrir a distraernos con actividades que nos gusten o nos relajen.

  • Razona con tus pensamientos: Normalmente estos problemas para pensar suelen ser debidos a creencias irracionales o ilógicas sobre nosotros o sobre los demás. Es muy recomendable intentar controlar estos pensamientos analizando fríamente su utilidad y su objetividad. En mi consulta de psicología en Valencia, a esta técnica la llamamos reestructuración cognitiva.

  • Céntrate en vivir en el presente: Centrar tu atención en aquello que estás haciendo te ayudará a dejar de pensar en alguien o ciertos problemas. Meditar o rezar son dos prácticas que te ayudarán a conseguir este hábito. Actualmente a meditar lo llamamos “mindfulness”, pero es lo mismo.

  • Escribe tus pensamientos: En lugar de mantener los pensamientos en tu cabeza, ponlos por escrito en un diario. Esto hace que le demos menos peso a estos pensamientos y es una buena estrategia para dejar de pensar en ello. Hay una técnica para gestionar mejor tus preocupaciones que consiste en dedicarle media hora al día a pensar y dar mi vueltas a lo que te preocupa, siempre a la misma hora, pero el resto del día tienes prohibido pensar sobre ese tema.

  • Acude a terapia con un psicólogo sanitario: El pensar demasiado se ve asociado a algunos problemas en nuestra salud mental, como ansiedad, depresión, obsesiones, traumas y mala relación con los demás. Por ello, si este malestar en los pensamientos te está resultando una traba para ser feliz, quizá sea necesario buscar un psicólogo con buena formación académica y recomendado por sus antiguos pacientes.

Pensar demasiado es positivo cuando está relacionado con la búsqueda de una solución válida para nuestros problemas. Pero cuando las personas tienen tendencia a sobrepensar las situaciones o los errores estamos ante un mal hábito que nos perjudica en varios aspectos.

Somos animales racionales, es decir, que piensan. Pensar es una actividad que forma parte de nuestra naturaleza. Los pensamientos pueden ser nuestros aliados pero también nuestros peores enemigos. Así, que se transformen en un problema o no dependerá de cómo utilicemos nuestra razón y del nivel de conciencia que pongamos en el asunto.

Si entendemos pensar como el acto de razonar, entender, planificar, de forma que nos ayude a tomar decisiones y a llevar a cabo una acción determinada, podemos concluir que tiene un poder importante. En el fondo, tanto poder como el que queramos otorgarle. Recordemos que el pensamiento ni es algo estable, ni siempre es sensato ni tiene cierta lógica.

Dar demasiado valor a nuestro pensamiento en algunas circunstancias puede perjudicarnos más que beneficiarnos. Para darnos cuenta de ello, se debe tomar conciencia y abrir la mente a otras posibilidades que están influyendo, como son nuestro estado emocional, nuestra experiencia pasada o determinadas condiciones particulares, por ejemplo haber alcohol o marihuana.

¿Cuándo pensar demasiado genera malestar?

Hay situaciones en las que tenemos la sensación de que no podemos dejar de pensar, dándole vueltas una y otra vez a lo mismo. Nos obsesionamos con algo en este proceso de rumiación que abarca la mayor parte de nuestro tiempo y de nuestros pensamientos. Al preocuparnos por algo, anticipar una situación o recordar momentos de nuestro pasado le dejamos a la ansiedad y a la depresión las puertas abiertas totalmente.

La ansiedad creada por nuestros pensamientos acaba siendo un proceso que se nos va de las manos: nos vemos dominados por lo que pasó, por la incertidumbre de lo que aún no ha llegado y lo terrible que está por llegar. Todo esto ocurre cuando no atendemos al presente poque nos perdemos, desorientamos y distraemos de lo que nos ocurre en la actualidad, del mundo que vivimos aquí y ahora.

Intentar buscar y darle explicaciones a todo lo que nos rodea también convierte nuestros pensamientos en malestar. Yo como psicólogo en Valencia me centro más en las soluciones a los problemas que en sus causas. Hay personalidades con más tendencia a preocuparse y a intentar encontrar explicaciones de todo lo que viven. Por lo tanto, los que poseen este dinamismo interno han de hacer un gran esfuerzo para mantener la calma y centrarse en aquello que están experimentando en el aquí y ahora.

¿Cómo centrarte en el aquí y ahora?

Ante el mal rollo que nace de nuestros pensamientos, lo más recomendable es hacer lo posible por centrar toda nuestra atención en el momento presente. Cuando vivimos el momento podemos tener el control de nuestros pensamientos, centrándonos en la experiencia, en la realidad que nos sucede más de cerca. Dejemos que lo que hay a nuestro alrededor entre en nosotros y nos aporte un sentido distinto al que hemos comenzado en nuestra mente.

Cuando acumulamos pensamientos y nos agobiamos con las preocupaciones, un buen ejercicio es el de ponernos a escribir y ordenar las ideas. Después, guardar lo escrito para ir pudiendo dar soluciones conforme nos van surgiendo. De esta manera haremos algo con lo que nos atormenta, y dejaremos paso a las soluciones.

Aceptar nuestro modo de pensar nos ayuda a no caer en la desesperación y el victimismo. Comprender que los pensamientos forman parte de nosotros y que podemos utilizarlos en nuestro beneficio nos impide entrar en conflicto con ellos. En realidad, este conflicto es con nosotros mismos.

¿Cómo controlar lo que pienso?

Al no ser yo lo que pienso, sino más bien formar parte de mí, comprendo mejor la naturaleza de mi mundo cognitivo. Sé que forma parte de mí y de mis experiencias, que tiene que ver con la actitud y mi modo de percibir y ser en la vida. Por lo tanto quejarme de lo que pienso muchas veces es únicamente una estratagema para huir de mí mismo.

Nuestra actitud marca cómo pensamos y actuamos. Podemos quedarnos en nuestro mundo de posibles opciones sin atrevernos a tomar una decisión, o podemos plantear una estrategia dándole forma a una posible solución práctica mediante la toma de decisiones.

Pensar, aunque nos demos cuenta de que es algo automático y que nos viene sin más, no significa que no podamos tomar una actitud activa. Si nos quedamos siendo espectadores de nuestros pensamientos, asumiremos que es imposible controlarlos y es así cómo nos dominarán, y esto es algo que no deseamos.

Sobre mí

Psicólogo en Valencia | Julio García

¿Buscas ayuda para resolver tus problemas y preocupaciones? Puedes contar conmigo. Juntos analizaremos lo que te pasa y te enseñaré el modo más efectivo para que te vuelvas a sentir bien. Ya he ayudado a cientos de personas como tú a ser felices. Soy Julio García, psicólogo en Valencia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *