La filosofía minimalista

Si alguna vez te has planteado que tienes demasiadas cosas, demasiados compromisos y demasiadas obligaciones, quizás conocer la filosofía minimalista (también llamada simplemente “minimalismo”) pueda serte útil.

La filosofía minimalista es plantearse que se puede vivir con aquello que realmente necesitamos. Sin nada más. Es como hacer el Camino de Santiago llevando lo justo en tu mochila. Al final, caminas más cómodo y disfrutas más.

¿QUÉ PRINCIPIOS TIENE LA FILOSOFÍA MINIMALISTA?

  1. EL MINIMALISMO ES TENER MENOS POSESIONES.

¡Elimina todo lo que no te hace falta! Almacenar cosas te ocupa espacio y te resta libertad. Aferrarte a lo material es una forma de ser esclavo.

Echa un vistazo a los armarios y cajones de tu casa. Clasifica las cosas planteándote si de verdad necesitas ese objeto o lo has utilizado en el último año. Si no tiene un valor sentimental para ti, deshazte de esa cosa.

Por ejemplo, yo guardo un batín de mi abuela porque me recuerda la felicidad de mi infancia, cuando me pasaba las tardes jugando. También guardo en un cajón un enganche para pelo que me encontré en el fondo del mar, porque me recuerda a todo lo que aprendí, las personas tan especiales que conocí y lo bien que me lo pasé en los meses anteriores. Sin embargo, no me cuesta ningún esfuerzo regalar ropa que ya no me gusta, no me viene, empieza a tener mal aspecto o simplemente ha pasado de moda. Me hace sentir bien desprenderme de cosas.

El concepto de tener menos posesiones materiales se aplica también al mundo virtual. ¡No tengas dos aplicaciones de móvil que sirvan para lo mismo! ¿Para qué necesitas 400 fotos de la reciente boda de tu primo? Selecciona las que más te gusten y borra el resto.

¿Para qué sufrir de síndrome de Diógenes digital guardando miles de archivos en tu ordenador “por si acaso”? Tanto en tu teléfono móvil como en tu ordenador, quédate solo con lo importante. Así estará todo más controlado y ordenado.

2. NO VALE LA PENA APEGARSE A OBJETOS.

Son todos sustituíbles. Hace unos años perdí parte de mi colección de música en una mudanza. Más tarde, pude recuperar los CDs comprándolos nuevos. Lo material puede venir e irse. Hay que permitir que la vida fluya.

3. VALORA LA SIMPLICIDAD.

¿Para qué sirve complicarse la vida? ¡Convierte aquello que te rodea en algo fácil de gestionar!

4. CONTROLA Y MINIMIZA EL CONSUMO DE INFORMACIÓN.

¡Libérate de basura informativa en tu mente! Este punto es muy importante porque estamos inmersos en una sociedad hiperconectada e hiperestimulada con información de todo tipo. Nos vemos expuestos a un bombardeo de información que nos distrae, nos hace perder el tiempo y, todavía peor, nuestro foco. Nos descentra.

¿Quizás es mejor centrarte en los objetivos que te planteas a diario en vez de querer “estar informado”?

5. EN LUGAR DE COSAS, ACUMULA EXPERIENCIAS.

Focalízate en las relaciones personales, en los objetos y en las experiencias que te hacen crecer y ser mejor persona.

¡Atrévete a salir de tu zona de confort! ¡Viaja a lugares nuevos! ¡Experimenta con nuevos sabores en tu dieta! ¡Aprende a tocar un instrumento nuevo! ¡Empieza una nueva actividad deportiva!


¿PARA QUÉ SIRVE SEGUIR LA FILOSOFÍA MINIMALISTA?

Algunos de los ejemplos reales que demuestran la utilidad de esta manera de concebir la vida son los siguientes:

  • Eliminar tu insatisfacción.
  • Aprovechar más el tiempo.
  • Vivir en el aquí y el ahora.
  • Perseguir lo que de verdad te motiva.
  • Crear más y consumir menos.
  • Centrarte en tu salud.
  • Crecer como individuo.